Del 14 de febrero al 20 de mayo podéis ver la exposición organizada por el Museo Thyssen junto a la Fundación Caja Madrid sobre Marc Chagall, que fue uno de los más importantes artistas del surrealismo. Se trata de la primera gran retrospectiva dedicada al artista ruso en España. En el Thyssen podemos ver los primeros años de su obra hasta su exilio forzado en Estados Unidos en 1941. En la Fundación Caja Madrid hay obras desde el período americano hasta el final de sus días.
Chagall nació en el seno de una familia judía en 1887, en la ciudad rusa de Vitebsk (actualmente en Bielorrusia), recibiendo formación artística en San Petersburgo. Desde 1910 a 1914 vivió en París, Entre 1915 y 1917 se instaló en San Petersburgo, después de la Revolución Rusa. Fue director de la Academia de Arte de Vitebsk desde 1918 a 1919 y director del Teatro Judío Estatal de Moscú de 1919 a 1922. En 1923 se trasladó a Francia. Destaca su estancia en España, concretamente en Tossa de Mar, en la Costa Brava, durante los veranos de 1933 y 1934, en cuyo Museo Municipal se conserva la célebre obra titulada El violinista celeste. Con la ocupación alemana de Francia durante la II Guerra Mundial y la deportación de los judíos a los campos de exterminio nazis, Marc Chagall tuvo que abandonar París. En 1941 se instala en Estados Unidos con su mujer Bella Rosenfeld y su hija Ida.
La obra de Chagall está conectada con diferentes corrientes del arte moderno. Formó parte de las vanguardias parisinas que precedieron la Primera Guerra Mundial. Estuvo muy conectado con la Escuela de París y sus exponentes, como Amedeo Modigliani.
Marc Chagall se inspiró en las costumbres de la vida en Bielorrusia e interpretó muchos temas bíblicos, reflejando así su herencia judía, con abundantes referencias a su niñez. En los años 1960 y 1970 se involucró en grandes proyectos en espacios públicos o en importantes edificios civiles y religiosos, como la Ópera de París, la Metropolitan Opera House de Nueva York y la Catedral de Reims en Francia, entre otros.
Murió a la edad de 97 años y está enterrado en el pueblo de Saint-Paul de Vence, cerca de Niza, Francia.
De la obra expuesta en el Thyssen tengo que destacar su increíble imaginación, el manejo virtuoso de los colores y el equilibrio en la composición, todo hace que encaje, sus cuadros no quedan descompensados, y a pesar de que algunas veces los elementos plasmados en el lienzo nos resulten descorcentantes resultan muy agradables a la vista, nos trasmiten alegría y positividad.
Tengo ganas de ver más cuadros de él por lo que continuaré la visita en la Fundación Caja Madrid.
Espero que esta exposición os guste tanto como a mí.